En un informe titulado “Comercio oculto de agua asociado a las Grandes Transacciones de Tierras (GTT) en la región del Chaco salteño”, se estima que se utilizan unos 300 millones de metros cúbicos de agua en la producción de alimentos, insumos y materias primas que se exportan desde esta región.
El informe focaliza la utilización del recurso en las apropiaciones (por compra, arrendamiento o concesión) de superficies de 200 hectáreas o más en la región del Chaco salteño a partir del año 2000. Estos datos son elaborados por la plataforma Land Matrix.
El análisis concluye que pese a no ser los conceptos utilizados herramientas convencionales, “pueden resultar de utilidad para llamar la atención respecto a las pautas actuales de asignación y utilización de los recursos de agua dulce, particularmente en áreas con escasez de recursos hídricos”. Y no es menor la necesidad de la herramienta para entender sobre la apropiación del agua en una zona donde este bien es escaso entre las comunidades originarias y campesinas no indígenas, golpeadas muchas veces por períodos de sequía.
La investigación de Griselda Salas Barboza se enmarca en un articulación entre el Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional (INENCO), de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), y la iniciativa Land Matrix, Punto Focal de América Latina (FUNDAPAZ – INENCO).
El trabajo apunta a las grandes transacciones de tierras en el Chaco salteño destinadas a la agricultura solamente. Indica que la creciente globalización del sector, impulsada en gran medida por las GTT, tiene un potencial considerable “para alterar los patrones locales de uso de agua y para fomentar situaciones de desigualdad en relación al acceso y uso del recurso”.
El saqueo y despojo del agua no es explícito. Se instrumenta a través del desarrollo dentro de las GTT y las exportaciones de cultivos y materias primas. La legitimidad del sistema, en tanto, se justifica bajo los “aparentes beneficios” a nivel económico por las exportaciones y el ingreso de dólares que ello significa.
En el informe se utiliza el concepto de “agua virtual” para referirse a aquella que fue utilizada en la generación de producciones que se exportaron. El objetivo final del trabajo fue “estimar los flujos de agua virtual derivados de la exportación de productos agrícolas generados en las GTT del Chaco salteño, identificando además los principales destinos de tales flujos”.
Es así que se focalizó en cultivos extensivos identificados en las GTT durante la campaña 2018-2019. Para hacer el análisis se realizó el cruce de datos que surgieron de la Dirección General de Inmuebles y el INTA, y de las GTT que surgen de la base de datos de Land Matrix.
Al hacer el análisis, se estimó que el volumen de “agua virtual” en las exportaciones de 2019 fue de 297 hm³ (hectómetros cúbicos), es decir, 297 millones de metros cúbicos de agua.
El 62 por ciento del volumen de agua virtual exportada estuvo asociado al cultivo de maíz el 23 por ciento, a soja el 14 por ciento, a poroto y el 1 por ciento, a algodón. Los 3 principales países importadores de algodón son Pakistán, Vietnam e Indonesia. De maíz, Vietnam, Argelia, y Corea. De poroto lo son Brasil, Argelia y Turquía. Y de soja, China, Egipto y Vietnam.
Amenaza a la seguridad alimentaria “Es posible identificar que el mayor aporte a la HHT (Huella Hídrica Total, o sea, el agua utilizada para la producción agrícola total) territorial lo realiza el componente verde, el cual representa el consumo del agua proveniente de precipitación que se acumula en los poros del suelo y es aprovechada por las plantas”, dice el informe.
En sus conclusiones sostiene que la apropiación de los recursos de “agua verde” instrumentada a través del avance de las GTT “podría llegar a transformarse en una amenaza contra la seguridad alimentaria de las comunidades locales”.
En este punto indica que el comercio del agua “tiene la potencialidad de atentar contra la gobernanza local del agua, disminuyendo el control de los usuarios locales sobre los recursos hídricos existentes en su territorio y perpetuando situaciones de inequidad en relación al acceso y uso de los mismos”.
Advierte que, pese a que el agua tradicionalmente se gestiona a nivel local, “también existen fuerzas globales que influyen en la distribución y acceso a los recursos hídricos locales. Desde este punto de vista el avance de las GTT sobre territorios con aptitud agrícola y pecuaria es un determinante clave de las presiones sobre los recursos hídricos a través del comercio internacional de productos.”
En su informe, la autora asume finalmente que investigaciones futuras podrían relacionar los conceptos volcados “con indicadores sociales y económicos (como empleo, acceso al agua potable, desnutrición, etcétera), indicadores ambientales (emisiones de carbono, huella ecológica) y regímenes de gobernanza”. Esta sería una manera de ver la apropiación de tierras y agua para mejorar las políticas a nivel local, regional e incluso nacional. |