Los horarios de las comidas no solo influyen en cómo digerimos los alimentos, sino también en la manera en que nuestro cuerpo regula los niveles de azúcar y energía. Según un reciente estudio de las universidades de Columbia y Abierta de Cataluña (UOC), respetar los ritmos naturales del organismo al comer puede ser tan importante como elegir qué y cuánto ingerimos.
La investigación, publicada en la revista Nutrition & Diabetes de Nature, reveló que consumir más del 45% de las calorías diarias después de las 17 horas empeora la capacidad del cuerpo para procesar la glucosa. Esto puede derivar en inflamación crónica y un mayor riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2.
¿Qué horarios son los mejores para comer?
1. Desayuno temprano y abundante
El desayuno debería ser la comida principal del día. Iniciar la mañana con alimentos ricos en proteínas, fibras y grasas saludables aprovecha el metabolismo más activo que el cuerpo tiene durante las primeras horas de luz.
2. Almuerzo antes de las 15 horas
Consumir buena parte de las calorías diarias en el almuerzo contribuye a un mejor control de la glucosa y reduce las posibilidades de picos de azúcar en sangre. Comer tarde, incluso si la calidad de la dieta es buena, afecta negativamente el metabolismo.
3. Cena ligera y antes de las 20 horas
Por la noche, el ritmo circadiano reduce la secreción de insulina y la sensibilidad de las células a esta hormona. Una cena ligera y temprano evita que el cuerpo trabaje en exceso procesando alimentos mientras debería descansar.
El impacto de los horarios en la salud
El cuerpo humano está diseñado para funcionar de acuerdo a ciclos de luz y oscuridad. La investigadora Diana Díaz Rizzolo, especialista en obesidad y envejecimiento, explica: “Por la noche, el metabolismo de la glucosa se ve limitado, lo que puede causar acumulación de azúcar en la sangre y mayor inflamación”.
El estudio mostró que las personas que consumen la mayor parte de las calorías en horarios tardíos tienen más dificultad para metabolizar los alimentos, incluso en presencia de dietas saludables. Por eso, los expertos destacan la importancia de considerar no solo qué y cuánto comer, sino también cuándo hacerlo.
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