Guatemala se erige como el país con mayor proporción de trabajadores "mal pagos" de América Latina y el Caribe, con un 51,4% que percibe menos de la mitad de la mediana salarial por hora, el porcentaje más alto en la región. Mientras que, en el otro extremo, se ubican Brasil y México, que tienen la menor cantidad de asalariados mal pagos, con un 10,8%.
Los datos surgen del "Informe Mundial sobre Salarios 2024-2025: ¿Está disminuyendo la desigualdad salarial en el mundo?" de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que muestra que los haberes reales se recuperaron cerca de un 1,8% en 2023 tras una caída de 0,9% registrada en 2022 a nivel mundial.
Sin embargo, en América Latina y el Caribe esta tendencia no fue homogénea, ya que factores como la inflación y la informalidad laboral presionan sobre este indicador.
"Aunque más del 50% de los países ajustaron sus salarios mínimos en 2023, en la mayoría de los casos, los incrementos no lograron compensar la pérdida del poder adquisitivo", señala el informe. En 2022, solo un 25% de los ajustes a los salarios mínimos generaron un incremento real positivo.
El informe destaca que la economía informal sigue siendo un problema estructural. En muchos países de la región, la mayoría de los trabajadores en este sector tienen bajos ingresos y carecen de beneficios laborales básicos.
Evolución de los salarios en Latinoamérica y el Caribe El crecimiento medio anual de los salarios en la región pasó del 3% en 2006 a 0,7% en 2011, mientras que la primera pérdida se da en 2017, cuando decrecieron un -0,2%, aunque en 2018 volvieron a crecer al 0,3% y en 2019 cayeron -0,5%. A partir de la pandemia, se observa una fuerte volatilidad, según el informe.
“La presencia de un fuerte efecto de composición se refleja en el aumento del 2,7% observado en 2020, seguido de descensos de alrededor del 2% tanto en 2021 como en 2022, a medida que los trabajadores con salarios bajos regresaban al mercado laboral y la inflación comenzaba a erosionar los salarios reales”, dice el documento.
Argentina no estuvo ajena a este fenómeno. Incluso, con la fuerte inflación de los años subsiguientes a la pandemia, los salarios continuaron su pérdida real y lo hicieron a contramano del registro regional, que muestra un crecimiento en 2023. Este dato, estuvo en mayor medida impulsado por los buenos resultados de Brasil y México (5,2% y 5,3%, respectivamente). Si bien el dato de 2024 es preliminar, se estima que los haberes aumentarán un 1,5%.
El crecimiento de la productividad no se traduce en mejora salarial El informe resalta que en América Latina, el crecimiento de la productividad no siempre se traduce en mejoras salariales, especialmente para los trabajadores en el segmento inferior de la distribución salarial. Además, la desigualdad estructural y la informalidad laboral limitan el impacto positivo de la productividad en los salarios reales.
Sobre la barrera de género, el informe muestra que existe una sobrerrepresentación de las mujeres en los niveles salariales más bajos.
Finalmente, la OIT subraya la necesidad de fortalecer las instituciones laborales, fomentar las paritarias y garantizar un salario mínimo adecuado como medidas clave para reducir la desigualdad y mejorar las condiciones laborales en la región.
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